¿Qué significa cuidar al otro?

multiethnic friends with coffee under broken umbrella in windy weather

El que el otro forme parte de tu vida sea cual sea la relación que se establezca, sugiere considerar que habitamos juntos un territorio, nuestra percepción no debería dar por hecho que este sujeto es permanente o que está en obligación con nosotros, al entender esto podemos agradecer su presencia y paso en nuestra vida.

La pregunta por el cuidado del otro requiere explorar un sentido de comunidad, en el que estar juntos en una relación implica reconocer la legitimidad del otro, la importancia de su participación y cooperación en la relación, viabilizando reconocer al otro en su ser, su palabra  y su forma de estar en el mundo. Este es un encuentro que no es siempre fácil, de narrativas, emociones y sensaciones que dialogan. Esto se diferencia de otras relaciones basadas en la competencia, comparación, naturalización de los privilegios, etc. Cuidar del otro implica saber desde donde está uno respondiendo o generando la relación, requiere cierta curiosidad por entender mejor qué posición estoy asumiendo con el otro. 

Cuidar al otro propone disponernos para estar y compartir, tal vez sin la correspondencia que uno espera, entendiendo que el otro tiene agencia, que no va hacer siempre lo que uno quiere,  y que como seres humanos podemos estar abiertos a diferencias de intereses, criterios,  etc. Cuando me abro a intentar cuidar al otro también abro a la posibilidad de reconocer el lugar que este otro ocupa, respetando su actuación en el mundo, disponiendo tiempo para mantener este vínculo en mi red relacional, y posibilitando hablar claro acerca de las expectativas y necesidades que cada uno percibe. El cuidado podría pasar por el agradecimiento al otro, por su disposición en la relación, por el tiempo que le toma brindarnos lo que ofrece, incluso reconociendo al otro que tal vez no es tan cercano.

¿Por dónde podría comenzar a cuidar al otro?

Para mí esto podría comenzar en el reconocimiento, por el darse cuenta, como cuando le prestamos atención a nuestra respiración que es algo que hacemos todo el tiempo y damos por sentado, de igual manera nos pasa con relacionarnos con otros. Vale la pena prestar atención a las relaciones visibles o imperceptibles a nuestros ojos, físicas o virtuales que se encuentran en el recuerdo o en el presente. Darnos cuenta que una relación existe, nos podría facultar a comprender mejor que nuestra actuación frente a ese otro sujeto tiene un impacto. Cuando nos damos el tiempo para prestar atención, no dejamos pasar a la ligera al otro, nos damos cuenta que tal vez ese otro necesita un tiempo, que merece respeto el cual surge desde el reconocimiento de la vida del otro como algo que pasa rápidamente en la historia del universo, sagrada, efímera, y única.

Bueno, y ahora ¿Cómo cuido al otro?

Esto lo intento responder desde lo que hago, pero también desde lo que desearía hacer. Estas dos voces señalan que intento cuidar al otro desde la sonrisa, el abrazo, desde el saludo cercano o lejano que muestra gratitud al otro por hacer parte de mi vida. Cuido desde la verdad de mis palabras, la escucha, la pregunta y la posibilidad de discutir o debatir acerca de algo. Cuido desde la posibilidad de que el otro sea conmigo y yo ser con él, desde el dejar ir al otro y agradecer su paso, desde el respeto a su opinión, despertares, saber y experiencia. Ofrezco mi voluntad a esto, lo que a la vez también implica cuidar desde la defensa a otros y el no permitir cualquier tipo de violencia a otros seres. Cuando pensamos en cuidar a los otros, muchas veces nos ocupamos sólo de cuidar a los otros-nuestros, esto puede ser debido a que nuestras semejanzas como humanos algunas veces parecen desdibujarse al ser tantos y tan diversos. El cuidado puede dirigirse también a otros ciudadanos en la defensa y reconocimiento de su derecho de estar y habitar su paso por el mundo de una forma digna, cuestionando dinámicas sociales y políticas que segregan y marginan. En el cuidado puedo apoyar esas voces silenciadas e ignoradas dando cuenta de la legitimidad de sus necesidades y urgencias, en este sentido elijo cuestionar factores como el privilegio, ideologías de odio y violencias, invitando a su vez a esos otros que desde la indiferencia o tal vez ignorancia no se atreven a mirar a los otros como seres legítimos, a que sean agentes de cuidado.

Mis actos pueden cuidar a otros que normalmente no pertenecen a mi grupo cercano, o que  no están presentes directamente, por ejemplo, cuando cuido un territorio, incluso el cuidado puede traspasarse a actos dirigidos a otros seres que no son de nuestra especie.

Me permito cuidar al otro entendiendo que la pregunta por el cuidado es una pregunta que merece quedar abierta para intentar responderla cada día.

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